Cocina tradicional en el restaurante Casa Tere (Pozuelo de Alarcón)

Tartar de atún rojo

Dicho lo anterior y por muy bien que se cocine en casa, siempre hay alguna ocasión en la que ni puedes organizar la comida en casa ni vas a convencer a la yaya de ir al restaurante fusión de moda del momento y es cuando toca tirar de agenda para recordar esos restaurantes tradicionales donde comiste bien. En serio, salvando las bravas, oreja, callos y demás tapeo popular en la barra de cualquier bar no creo que visite restaurantes tradicionales más de 10 veces al año.

El día que fui a Casa Tere fue casi por accidente, acababa de llegar de viaje y un grupo de amigos había organizado una cena allí, así que, por qué no. Y por el mismo motivo llegué 1 hora antes que todos los demás, no tenía tiempo de pasar por casa para dejar maletas y demás, así que me fui para allá directamente. La hora que pasé en el bar hablando con Antonio, encargado del restaurante Casa Tere, se me pasó volando; una hora hablando de gastronomía, servicio de sala y otro montón de cosas que al final ves reflejado en cada detalle de los muchos que se sucedieron durante la noche.

Éramos una mesa muy muy numerosa y no es fácil manejar una situación como ésa. Cero problemas, al contrario, a pesar de ser tantísimos no pudimos ponerle ningún pero ni a la comida ni al servicio. En cuanto al servicio, los camareros son profesionales, camareros de los de toda la vida. En cuanto a la comida, los entrantes nos los sacaron en distintos formatos para compartir (cucharas de cóctel, platos al centro y algunos servidos por ellos), al igual que algunos principales que o bien nos los preparaban en la sala o nos los servían ellos mismos y siempre de forma profesional.

Al final de la noche salí de Casa Tere pensando que ya tenía otro restaurante que sumar a esa lista de restaurantes tradicionales en Madrid para estas ocasiones en las que no te queda más remedio que salir de casa a comer platos de toda la vida.

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Es probable que lo que más me sorprendiese de la comida fuese la parte final, absolutamente todos los postres que tomamos en Casa Tere estaban buenísimos y no había ninguna duda de que todos ellos eran caseros. Creo que entre todos le pegamos un buen repaso a todos los que ofrecen y los que llevan hojaldre fueron mis favoritos indiscutibles.

Tartas probamos 3, una de queso muy densa y muy intensa que me gustó mucho, nada que ver con tantas y tantas con las que me cruzo últimamente que casi no saben a nada; también comimos una especie de tarte tatin que, aunque necesitaba más tiempo de horno para conseguir esa caramelización de las manzanas que tanto gusta en esta tarta, estaba también muy buena; y una tarta fina de manzana con ese hojaldre casero que hacen que está increíblemente bueno. La milhojas que hace Casa Tere es otro espectáculo y el hojaldre vuelve a ser el protagonista, no creo que sea capaz de pedir un postre distinto a éste en mi próxima visita.